Ultima Hora
El Mallorca se recicla
El cuadro rojillo aprende a sufrir y obtiene un triunfo reparador que le proporcionará dos semanas de sosiego y una ración de tranquilidad vital para seguir desarrollándose
Once partidos después del bocinazo de salida, el Mallorca ha acreditado que tiene oficio para seguir prosperando. Amparado en la solidez defensiva que ha ido adquiriendo con el paso de las semanas, la escuadra que dirige Héctor Cúper lograba ayer su primer triunfo como foráneo y se aplicaba una inyección de moral que va a mejorar sus prestaciones de cara al intenso final de año que se avecina. Todo ello después de noventa minutos que transcurrieron bajo un guión muy similar al del resto de la temporada, pero que se saldó con un intercambio de papeles tan sorprendente como balsámico. Por primera vez en mucho tiempo, el grupo mallorquinista se negó a interpretar el papel de víctima que le había sido asignado y se pasó al bando contrario con la intención de llenarse los bolsillos de confianza. Remontó un marcador adverso, jugó con diez durante casi una hora y desconectó al Cádiz en el momento más doloroso del partido. Una serie de circunstancias que se había acostumbrado a vivir en primera persona, pero que nunca había podido utilizar frente a un enemigo. Extraordinario avance.
SIN PREVISIÓN. Antes de celebrar uno de los mayores éxitos del ejercicio, el Mallorca se había metido en un laberinto del que no hubiera podido salir en cualquier otro partido. Le costó nivelar el marcador y cuando lo hizo, Pereyra se empeñó en tirarlo todo a la papelera para poner a prueba la resistencia psicológica de sus compañeros. El argentino perdió los papeles en dos acciones sin ninguna trascendencia y el gran perjudicado volvió a ser el de siempre, el equipo. La nula perspectiva del mediocentro estuvo a punto de arruinar una función crucial y tanto el técnico como el club deberían darle un toque de atención al vestuario porque resulta muy llamativo que después de once jornadas el equipo amontone cinco expulsiones. Cúper hablaba en su última rueda de prensa de que será necesario trabajar sobre esas cuestiones para evitar males mayores y visto lo visto, tendrá que intensificar sus clases. Esa atracción por complicarse la vida puede ayudar a engrandecer algunos de los logros de la plantilla, pero cuando ésto sucede de forma intencionada y gratuita el castigo para el culpable debería ser público. ¿Tomará Héctor Cúper las mismas medidas que con Ballesteros?
PARÓN INOPORTUNO. Ahora que parece que el Mallorca alza el vuelo, el campeonato vuelve a congelarse hasta dentro de dos semanas. La gran incógnita en este punto reside en ver como reacciona ante eso la plantilla, ya que el parón puede interrumpir la racha más positiva del curso. Por si fuera poco, cuando el balón vuelva a ponerse en marcha dentro de dos semanas a los baleares les espera otro partido a cara descubierta en la base de operaciones de otro rival de la zona baja, el Espanyol de Lotina. Los isleños tendrán en su mano la posibilidad de dejar malherido a un equipo que ha empezado a perderse en la inmesidad del calendario y que está bajo sospecha desde el momento en el que arrancó el torneo. Sería un paso al frente tan valioso como definitivo y los rojillos podrían permitirse el lujo de soñar con una plaza en la zona templada de la clasificación.
El cuadro rojillo aprende a sufrir y obtiene un triunfo reparador que le proporcionará dos semanas de sosiego y una ración de tranquilidad vital para seguir desarrollándose
Once partidos después del bocinazo de salida, el Mallorca ha acreditado que tiene oficio para seguir prosperando. Amparado en la solidez defensiva que ha ido adquiriendo con el paso de las semanas, la escuadra que dirige Héctor Cúper lograba ayer su primer triunfo como foráneo y se aplicaba una inyección de moral que va a mejorar sus prestaciones de cara al intenso final de año que se avecina. Todo ello después de noventa minutos que transcurrieron bajo un guión muy similar al del resto de la temporada, pero que se saldó con un intercambio de papeles tan sorprendente como balsámico. Por primera vez en mucho tiempo, el grupo mallorquinista se negó a interpretar el papel de víctima que le había sido asignado y se pasó al bando contrario con la intención de llenarse los bolsillos de confianza. Remontó un marcador adverso, jugó con diez durante casi una hora y desconectó al Cádiz en el momento más doloroso del partido. Una serie de circunstancias que se había acostumbrado a vivir en primera persona, pero que nunca había podido utilizar frente a un enemigo. Extraordinario avance.
SIN PREVISIÓN. Antes de celebrar uno de los mayores éxitos del ejercicio, el Mallorca se había metido en un laberinto del que no hubiera podido salir en cualquier otro partido. Le costó nivelar el marcador y cuando lo hizo, Pereyra se empeñó en tirarlo todo a la papelera para poner a prueba la resistencia psicológica de sus compañeros. El argentino perdió los papeles en dos acciones sin ninguna trascendencia y el gran perjudicado volvió a ser el de siempre, el equipo. La nula perspectiva del mediocentro estuvo a punto de arruinar una función crucial y tanto el técnico como el club deberían darle un toque de atención al vestuario porque resulta muy llamativo que después de once jornadas el equipo amontone cinco expulsiones. Cúper hablaba en su última rueda de prensa de que será necesario trabajar sobre esas cuestiones para evitar males mayores y visto lo visto, tendrá que intensificar sus clases. Esa atracción por complicarse la vida puede ayudar a engrandecer algunos de los logros de la plantilla, pero cuando ésto sucede de forma intencionada y gratuita el castigo para el culpable debería ser público. ¿Tomará Héctor Cúper las mismas medidas que con Ballesteros?
PARÓN INOPORTUNO. Ahora que parece que el Mallorca alza el vuelo, el campeonato vuelve a congelarse hasta dentro de dos semanas. La gran incógnita en este punto reside en ver como reacciona ante eso la plantilla, ya que el parón puede interrumpir la racha más positiva del curso. Por si fuera poco, cuando el balón vuelva a ponerse en marcha dentro de dos semanas a los baleares les espera otro partido a cara descubierta en la base de operaciones de otro rival de la zona baja, el Espanyol de Lotina. Los isleños tendrán en su mano la posibilidad de dejar malherido a un equipo que ha empezado a perderse en la inmesidad del calendario y que está bajo sospecha desde el momento en el que arrancó el torneo. Sería un paso al frente tan valioso como definitivo y los rojillos podrían permitirse el lujo de soñar con una plaza en la zona templada de la clasificación.
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