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Crónica del partido
Duro e injusto revés el que ha encajado hoy el Cádiz, que de estar cerca de celebrar por fin su victoria 100 en Primera ante un rival directo como es el Mallorca, se ha encontrado con que el rival, que jugó toda la segunda parte con un hombre menos, se llevó un triunfo por el que no muchos daban algo. Lección para todo el entorno cadista: esto es una carrera de fondo y hay que sufrir aún muchísimo de aquí a final de temporada para conseguir una permanencia que se vendrá muy cara.Comienzo fulgurante del cuadro amarillo, que aprovechó los errores en la zaga mallorquinista para ganar la espalda y poner en apuros a Prats. Los más perezosos aún no habían ocupado sus localidades cuando un pase espectacular de De Quintana, y una no menos buena diagonal de Enrique permitió al extremeño controlar, regatear al meta y llevar el cuero al fondo de las mallas, para celebración de todos los presentes.Con el 1-0, los papeles se equilibraron. Ni el Cádiz era tan bueno, ni el Mallorca tan malo. De hecho, los isleños empezaron a enseñar los dientes aprovechando un error en el fuera de juego de la zaga amarilla (que terminó con un remate altísimo de Pereyra), anticipando lo que ocurriría en el minuto 26. Raúl López se tragaba un balón alto y De Quintana se quedó demasiado atrás, dando validez a la posición de Doni, que aprovechaba el regalo y templaba el cuero para que Víctor marcara un gol de bandera, con una volea ante la que nada pudo hacer Armando.Los dos goles fueron prácticamente los únicos hechos destacables del primer tiempo, ya que exceptuando el arranque inicial amarillo, el juego de ambos equipos no dejaba muchos momentos de lucidez, y las ocasiones brillaban por su ausencia. El Cádiz recuperó el dominio que había ostentado casi todos los minutos tras encajar el empate, pero no lo plasmaba en tiros contra el portal de Prats.Los de Espárrago recibían una noticia excelente ya cerca del descanso, cuando Pereyra recibió su segunda tarjeta amarilla (ambas justificadas por dos faltas duras en el centro del campo), lo que hacía abrigar muchas esperanzas de triunfo, ya que los locales tenían más de 50 minutos de superioridad numérica por delante.Ya en los minutos finales se pudo ver cual sería el planteamiento del Mallorca, dadas las circunstancias: encerrarse completamente atrás, y esperar que llegara el fin del partido con el empate en el electrónico.Los primeros compases de la reanudación confirmaron esta sospecha. El Cádiz no estaba dispuesto a que un rival en inferioridad numérica se llevara un punto, y encerró a los baleares – que esperaban con dos líneas de cuatro casi pegadas - en su parcela del terreno de juego. El balón estaba todo el tiempo en las botas de futbolistas cadistas, y las primeras ocasiones no se hicieron esperar. Oli tuvo la primera reseñable, aprovechando una jugada de estrategia que terminó con un remate cruzado del asturiano que se fue lamiendo la cepa del poste.Por desgracia, el Cádiz se contagió del ritmo lento, cansino se podría decir, que impuso el Mallorca en pro de sus intereses. Prácticamente el balón no salía de la zona de tres cuartos, ya que el Cádiz no encontraba la línea de pase, y no quería abusar del pelotazo largo. Mediada la segunda mitad los cadistas gozaron de dos ocasiones consecutivas en sendos saques de esquina, y eso espoleó a afición (hasta entonces dormida ante el pobre espectáculo que ofrecían amarillos y bermellones) y a jugadores, que se conjuraron para sumar los tres puntos.La desgracia, que tenía hoy en su agenda al Cádiz, estuvo ya cerca de cebarse con la escuadra de Espárrago en un disparo de falta de Borja que se fue a escasos milímetros del poste largo de Armando. Fue la única llegada – antes del gol - con peligro de los de Cúper, que únicamente tenían en mente evitar que el Cádiz sumara un segundo tanto que resultaría casi imposible de remontar. Sin embargo fueron los visitantes los que hicieron el segundo, de la única forma que podía llegar, que no era otra que a balón parado. Arango, el mejor jugador del cuadro mallorquinista, y que no había aparecido en todo el choque, dejó un golpeo franco de cine que limpió la escuadra de telarañas del portal de Armando, que nada pudo hacer.Estoyanoff pudo evitar la tragedia en el minuto 89, pero tras su regate al contrario se encontró con Prats a sus pies, que atajó el disparo, para desesperación de la parroquia local.
El mejor del partido
Enrique
Enrique fue el jugador con más presencia de entre todos sus compañeros. No sólo hizo el tanto que adelantaba a su equipo, sino que además, trajo en jaque a la defensa, con sus carreras y sus desbordes. Lástima que no pudiera contribuir con un gol más o una asistencia.
Sala de prensa
Víctor Espárrago no terminaba de creerse la derrota que había sufrido a su equipo, aunque agradecía a sus jugadores el esfuerzo desplegado: "Fue un partido raro, se nos puso bien al principio, pero no estuvimos atentos en el empate. Luego fue un monólogo nuestro, llegaron dos veces y a balón parado marcaron. Ellos, con experiencia y seguridad, se echaron atrás. Estuvieron acertados en momentos puntuales. Es difícil de creer, pero perdimos". El uruguayo analizaba más en detalle el encuentro: "En la primera parte jugamos bien, pero no materializamos más goles. El resultado hay que analizarlo fríamente, porque en la segunda parte no supimos rematar el partido. Lo pusimos todo, pero ante una falta a la escuadra no se puede hacer nada. Hay que felicitar al Mallorca por el resultado pero no por el juego, porque no fueron superiores. El primer gol de ellos es un fallo nuestro en defensa, pero nadie es infalible. Son jugadas puntuales y trabajaremos para arreglarlo".Finalmente, el técnico cadista destacaba que sus jugadores hicieron todo lo posible: "No se le puede pedir más a los jugadores, porque están teniendo buena actitud y lo dan todo".
Opinión Jose Grima (RadioEstadio - OndaCero)
Cuando se perdona lo pagas.Cuanto de cierto tiene ese maldito dicho. Muchos nos frotábamos las manos cuando veíamos en el minuto 38 que Lizondo Cortés le mostraba la segunda cartulina amarilla a Pereyra y se quedaba el Mallorca con uno menos. Fíjense lo que les voy a decir, eso fue lo mejor que le pudo pasar al equipo de Cúper. Esa era la excusa perfecta para encerrarse bien atrás, defender con las líneas muy juntas e intentar aprovechar un contragolpe, curiosamente el juego que más le conviene al Cádiz y que no pudo realizar por esa misma incidencia. El partido comenzó genial, el gol del Cádiz fue el climax, el tanto mallorquín el regreso a la tierra, y ahí se acabó lo que se daba. El encuentro entró en una apatía donde los amarillos llevaban la batuta pero no lograban la suficiente suerte o calidad para meter el segundo en la portería de Toni Prats. Ahora con la derrota se vuelve a lo mismo de siempre, ¿ha sido un problema de calidad o sencillamente de que la pelota no ha querido entrar?. Si Espárrago dice que no es de lo primero yo le creo.Quizá hablemos de un partido donde se unieron los despropósitos. Llegado el momento el Cádiz no tenía centro de campo y pasaba directamente la pelota desde la defensa a los cuatro/cinco hombres que estaban alineados en la línea de ataque. Mi opinión puede que diste de la del resto. Creo que faltó la paciencia suficiente para estar convencidos de las posibilidades que tenían en el partido, y a su vez sobraban las prisas y el ansia de lograr cuanto antes el tanto que volviera a poner la ventaja. De todo hay que aprender, el Mallorca tuvo la suerte, la calidad y el oficio; el Cádiz debe optar a continuar poco a poco avanzando en ese camino que nos mantiene en mitad de la tabla con tranquilidad pese a perder en el Carranza. Arriba el ánimo, el miércoles ya tenemos una nueva batalla de otra guerra y luego el descanso. No se piensen que el Burgos va a ser una cenicienta, pero sí hay que ir a El Plantío a por todas.
Duro e injusto revés el que ha encajado hoy el Cádiz, que de estar cerca de celebrar por fin su victoria 100 en Primera ante un rival directo como es el Mallorca, se ha encontrado con que el rival, que jugó toda la segunda parte con un hombre menos, se llevó un triunfo por el que no muchos daban algo. Lección para todo el entorno cadista: esto es una carrera de fondo y hay que sufrir aún muchísimo de aquí a final de temporada para conseguir una permanencia que se vendrá muy cara.Comienzo fulgurante del cuadro amarillo, que aprovechó los errores en la zaga mallorquinista para ganar la espalda y poner en apuros a Prats. Los más perezosos aún no habían ocupado sus localidades cuando un pase espectacular de De Quintana, y una no menos buena diagonal de Enrique permitió al extremeño controlar, regatear al meta y llevar el cuero al fondo de las mallas, para celebración de todos los presentes.Con el 1-0, los papeles se equilibraron. Ni el Cádiz era tan bueno, ni el Mallorca tan malo. De hecho, los isleños empezaron a enseñar los dientes aprovechando un error en el fuera de juego de la zaga amarilla (que terminó con un remate altísimo de Pereyra), anticipando lo que ocurriría en el minuto 26. Raúl López se tragaba un balón alto y De Quintana se quedó demasiado atrás, dando validez a la posición de Doni, que aprovechaba el regalo y templaba el cuero para que Víctor marcara un gol de bandera, con una volea ante la que nada pudo hacer Armando.Los dos goles fueron prácticamente los únicos hechos destacables del primer tiempo, ya que exceptuando el arranque inicial amarillo, el juego de ambos equipos no dejaba muchos momentos de lucidez, y las ocasiones brillaban por su ausencia. El Cádiz recuperó el dominio que había ostentado casi todos los minutos tras encajar el empate, pero no lo plasmaba en tiros contra el portal de Prats.Los de Espárrago recibían una noticia excelente ya cerca del descanso, cuando Pereyra recibió su segunda tarjeta amarilla (ambas justificadas por dos faltas duras en el centro del campo), lo que hacía abrigar muchas esperanzas de triunfo, ya que los locales tenían más de 50 minutos de superioridad numérica por delante.Ya en los minutos finales se pudo ver cual sería el planteamiento del Mallorca, dadas las circunstancias: encerrarse completamente atrás, y esperar que llegara el fin del partido con el empate en el electrónico.Los primeros compases de la reanudación confirmaron esta sospecha. El Cádiz no estaba dispuesto a que un rival en inferioridad numérica se llevara un punto, y encerró a los baleares – que esperaban con dos líneas de cuatro casi pegadas - en su parcela del terreno de juego. El balón estaba todo el tiempo en las botas de futbolistas cadistas, y las primeras ocasiones no se hicieron esperar. Oli tuvo la primera reseñable, aprovechando una jugada de estrategia que terminó con un remate cruzado del asturiano que se fue lamiendo la cepa del poste.Por desgracia, el Cádiz se contagió del ritmo lento, cansino se podría decir, que impuso el Mallorca en pro de sus intereses. Prácticamente el balón no salía de la zona de tres cuartos, ya que el Cádiz no encontraba la línea de pase, y no quería abusar del pelotazo largo. Mediada la segunda mitad los cadistas gozaron de dos ocasiones consecutivas en sendos saques de esquina, y eso espoleó a afición (hasta entonces dormida ante el pobre espectáculo que ofrecían amarillos y bermellones) y a jugadores, que se conjuraron para sumar los tres puntos.La desgracia, que tenía hoy en su agenda al Cádiz, estuvo ya cerca de cebarse con la escuadra de Espárrago en un disparo de falta de Borja que se fue a escasos milímetros del poste largo de Armando. Fue la única llegada – antes del gol - con peligro de los de Cúper, que únicamente tenían en mente evitar que el Cádiz sumara un segundo tanto que resultaría casi imposible de remontar. Sin embargo fueron los visitantes los que hicieron el segundo, de la única forma que podía llegar, que no era otra que a balón parado. Arango, el mejor jugador del cuadro mallorquinista, y que no había aparecido en todo el choque, dejó un golpeo franco de cine que limpió la escuadra de telarañas del portal de Armando, que nada pudo hacer.Estoyanoff pudo evitar la tragedia en el minuto 89, pero tras su regate al contrario se encontró con Prats a sus pies, que atajó el disparo, para desesperación de la parroquia local.
El mejor del partido
Enrique
Enrique fue el jugador con más presencia de entre todos sus compañeros. No sólo hizo el tanto que adelantaba a su equipo, sino que además, trajo en jaque a la defensa, con sus carreras y sus desbordes. Lástima que no pudiera contribuir con un gol más o una asistencia.
Sala de prensa
Víctor Espárrago no terminaba de creerse la derrota que había sufrido a su equipo, aunque agradecía a sus jugadores el esfuerzo desplegado: "Fue un partido raro, se nos puso bien al principio, pero no estuvimos atentos en el empate. Luego fue un monólogo nuestro, llegaron dos veces y a balón parado marcaron. Ellos, con experiencia y seguridad, se echaron atrás. Estuvieron acertados en momentos puntuales. Es difícil de creer, pero perdimos". El uruguayo analizaba más en detalle el encuentro: "En la primera parte jugamos bien, pero no materializamos más goles. El resultado hay que analizarlo fríamente, porque en la segunda parte no supimos rematar el partido. Lo pusimos todo, pero ante una falta a la escuadra no se puede hacer nada. Hay que felicitar al Mallorca por el resultado pero no por el juego, porque no fueron superiores. El primer gol de ellos es un fallo nuestro en defensa, pero nadie es infalible. Son jugadas puntuales y trabajaremos para arreglarlo".Finalmente, el técnico cadista destacaba que sus jugadores hicieron todo lo posible: "No se le puede pedir más a los jugadores, porque están teniendo buena actitud y lo dan todo".
Opinión Jose Grima (RadioEstadio - OndaCero)
Cuando se perdona lo pagas.Cuanto de cierto tiene ese maldito dicho. Muchos nos frotábamos las manos cuando veíamos en el minuto 38 que Lizondo Cortés le mostraba la segunda cartulina amarilla a Pereyra y se quedaba el Mallorca con uno menos. Fíjense lo que les voy a decir, eso fue lo mejor que le pudo pasar al equipo de Cúper. Esa era la excusa perfecta para encerrarse bien atrás, defender con las líneas muy juntas e intentar aprovechar un contragolpe, curiosamente el juego que más le conviene al Cádiz y que no pudo realizar por esa misma incidencia. El partido comenzó genial, el gol del Cádiz fue el climax, el tanto mallorquín el regreso a la tierra, y ahí se acabó lo que se daba. El encuentro entró en una apatía donde los amarillos llevaban la batuta pero no lograban la suficiente suerte o calidad para meter el segundo en la portería de Toni Prats. Ahora con la derrota se vuelve a lo mismo de siempre, ¿ha sido un problema de calidad o sencillamente de que la pelota no ha querido entrar?. Si Espárrago dice que no es de lo primero yo le creo.Quizá hablemos de un partido donde se unieron los despropósitos. Llegado el momento el Cádiz no tenía centro de campo y pasaba directamente la pelota desde la defensa a los cuatro/cinco hombres que estaban alineados en la línea de ataque. Mi opinión puede que diste de la del resto. Creo que faltó la paciencia suficiente para estar convencidos de las posibilidades que tenían en el partido, y a su vez sobraban las prisas y el ansia de lograr cuanto antes el tanto que volviera a poner la ventaja. De todo hay que aprender, el Mallorca tuvo la suerte, la calidad y el oficio; el Cádiz debe optar a continuar poco a poco avanzando en ese camino que nos mantiene en mitad de la tabla con tranquilidad pese a perder en el Carranza. Arriba el ánimo, el miércoles ya tenemos una nueva batalla de otra guerra y luego el descanso. No se piensen que el Burgos va a ser una cenicienta, pero sí hay que ir a El Plantío a por todas.
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