viernes, enero 20, 2006

Las Torres de Son Moix


URBANISMO / ¿UN SUEÑO POSIBLE?
Grande plantea 4 rascacielos en Son Moix y ampliarlo en doce mil asientos

Ha presentado ya en ‘petit comité’ a las autoridades el boceto, que pasa por levantar tres o cuatro torres pegadas al estadio de entre 35 y 40 plantas, pisos de lujo incluidos - También habrá un supercentro comercial de 40.000 m2

M. A. RUIZ
PALMA.-
Los planes de Vicente Grande para el Real Mallorca se multiplican. Ya no quiere construir un rascacielos en el aparcamiento de Son Moix sino hasta cuatro de entre 30 y 40 plantas: uno en cada esquina del estadio. También prevé ampliar el estadio, que pasaría de los 23.000 espectadores de ahora a 35.000.
Según el anteproyecto que ya ha presentado a las principales autoridades de la isla, los cuatro edificios quedarían unidos por dos cables de acero tensados, lo que permitirá cubrir el estadio con una carpa móvil para protegerlo de las inclemencias meteorológicas. Un voladizo rodeará todo el graderío para cubrir el exterior. El gráfico adjunto recrea la idea básica del proyecto de Grande.
Y otra novedad respecto a la idea que Grande dio a conocer el pasado mes de noviembre: las torres no albergarán viviendas asistenciales sino pisos de lujo, la única fórmula para rentabilizar una iniciativa de esta envergadura.
Según los planes del promotor, los cuatro edificios tendrían probablemente 38 plantas, por lo que alcanzarán los 100 metros de altura y contarán con unas espectaculares vistas sobre la Bahía de Palma. Toda una revolución para el urbanismo de la capital balear.
Para ello, Grande espera contar con la colaboración del prestigioso arquitecto Antonio Lamela (Madrid, 1926), cuyo estudio ha participado en el diseño de la nueva terminal del aeropuerto de Barajas y la ciudad deportiva del Real Madrid.
No es el único paralelo entre los planes del constructor mallorquín y el ambicioso proyecto impulsado por Florentino Pérez. En ambos casos, se trata de obtener una recalificación de terrenos que permitirá financiar y sanear las arcas del club deportivo mediante una multimillonaria operación inmobiliaria.
Y aquí radican las principales dificultades, que obligarán a Vicente Grande a llevar a cabo una negociación a múltiples bandas. En primer lugar, los terrenos de Son Moix no pertenecen al Real Mallorca sino al Ayuntamiento de Palma, que invirtió cerca de 30 millones de euros para construir el estadio con motivo de la Universiada. El club utiliza estas instalaciones gracias a una cesión de uso concedida por un período de 99 años.
Cort pone reparos
Por otro lado, el teniente de alcalde de Urbanismo Javier Rodríguez de Santos avanzó el pasado mes de diciembre que el Ayuntamiento de Palma no tiene intención de aprobar el cambio de usos necesario para poder construir viviendas en una zona municipal que tiene calificación deportiva.
En el caso de que el presidente del Real Mallorca consiga convencer al equipo de gobierno municipal, la última palabra la tendría el Consell de Mallorca, pues la Comisión Insular de Urbanismo debe aprobar definitivamente cualquier cambio en el planeamiento municipal.
El proyecto inicial dado a conocer por Grande en noviembre pasaba por construir un solo rascacielos de 30 plantas en el aparcamiento del estadio de Son Moix, junto a otras dos edificios de menor altura. Las tres construcciones albergarían una zona comercial de entre 35.000 y 40.000 metros cuadrados en planta baja, mientras que el rascacielos tendría además un restaurante y un mirador giratorio en la azotea.
El carácter emblemático de esta edificación, con privilegiadas vistas sobre la ciudad, lo convertirían en un indudable atractivo turístico. Vicente Grande siempre ha dejado claro que el objetivo de estas instalaciones estarían gestionadas por la Fundación del Real Mallorca, que recibiría así una multimillonaria inyección económica para hacer nuevas fichajes.
El despacho profesional del arquitecto Antonio Lamela es sin duda uno de los más cotizados del país. Lamela introdujo en España el sistema de arquitectura suspendida que aplicó por primera vez en las Torres de Colón, en Madrid. premio de Arquitectura en 1998, es miembro de la Real Academia de Doctores de España.
Conrado: «Mejor un rascacielos que construir 20 hectáreas»

Si algún día llegan a edificarse, los cuatro rascacielos de Son Moix se convertirían en una auténtica revolución urbanística para Mallorca. Un nuevo concepto para las islas que no todos ven con inquietud.
«Si me dan a elegir entre un rascacielos con edificar 20 hectáreas de terreno, me quedo con el rascacielos», afirmaba el director general de la Fundación La Caixa, Francisco Conrado de Villalonga, al ser preguntado por el proyecto de Vicente Grande en una entrevista ofrecida el pasado día 8 a EL MUNDO DE BALEARES.
Conrado Villalonga razonaba que «en la libre circulación, no puedes impedir que la gente siga viniendo a vivir a Mallorca. Si es inevitable, las ciudades no deben seguir creciendo extendiéndose, sino hacia arriba. Así lo han resuelto en Manhattan. Lo que no puedes hacer es cargarte el territorio, porque entonces pierde su atractivo».
La opinión de Giffs, acerca de las opiniones de "El Mundo":
Curiosa opinión la que emite hoy "El Mundo". Por claro desacuerdo, proclamo yo la mia:
El futbol es una ruina y el RCD Mallorca no es una excepción. Para poner orden, ni la FIFA ni la UEFA ni la RFEF, ponen los útiles necesarios, como límites salariales, orden en los fichajes (tipo NBA), control gestión de los Derechos de Imagen, mas control sobre los representantes, etc. No soy tampoco quien defina las maneras, me fijo un poco en el deporte norteamericano, me refiero a protejer a las SAD's y convertirlas en rentables.
El futbol puede ser rentable, mueve dinero, mueve masas, pero es una Selva, una Jungla, un dispendio económico importante. La gente quiere futbol. Los mallorquines queremos futbol. Queremos que cada año venga el R. Madrid. y el Barça. Con Ronaldinho, y Eto'o, y Ronaldo, y Robinho, y Aimar, y Riquelme, y Zidane, y Beckham, y Deco, y Saviola, y Fernando Torres, y Valerón, y etc, etc , etc. La clase política debe proporcionar a sus ciudadanos las máximas facilidades de que ello ocurra. Eso es lo que hizo el ayuntamiento de Madrid, el de Valencia, Sevilla, etc.
Vicente Grande (de futbol no tiene ni idea, como Florentino, pero aqui se mueve mejor) aqui casi esta haciendo un chantaje. Hay dos opciones. O le dan un terreno donde construir un estadio, con sus torres y su centro comercial, o se hace en Son Moix. Y si no se lo dan, el club desaparecerá. ¿Donde esta la jugada? Por un lado el Ayuntamiento no puede permitirse el lujo de que Son Moix se convierta en un estadio de 2ºB. Por otro lado si Grande lo gestiona bien se convertirá en tema electoral, les entrará el canguelo y cederan, si es lo que la gente quiere cederán, porque les prometeran que así podremos ficha a tal, a cual y a Pascual, y si Cirer no lo promete lo hará el PSOE, y caerá por su peso.
La clave es que dos no hacen negocio si los dos no obtienen un beneficio. Independientemente de un beneficio electoral el ayuntamiento debe garantizarse unos dividendos que invertir en Políticas Deportivas de Ciutat. Lo que no debe repetirse es ese "prestamo-regalo" de Son Moix. No debe "regalarse" la posibilidad de que el RCD Mallorca construya y gestione unas torres a su antojo. Debe ser algo consensuado con el ayuntamiento y supeditado a la permanencia de la sociedad en la élite del Futbol Nacional.
EL MUNDO OPINA
Mejorable y 'recortable'

A ver si nos aclaramos: el Mallorca, aunque sea una sociedad anónima, es un equipo de fútbol, cuyo objeto es jugar al fútbol y cuya forma societaria es instrumental para alcanzar los fines deportivos de la entidad. El Mallorca no es una inmobiliaria, ni una empresa de construcción, ni una urbanizadora. Sin embargo, hay que tener cuidado con estos proyectos para no dar la impresión de que se está utilizando el nombre de un club entrañable para la afición para otros menesteres y proyectos que pueden ser todo lo legítimos y respetables que se quieran, pero que no forman parte de la cultura del club, de su historia y de lo que se supone es una entidad deportiva. Lo que más llama la atención es que se haya pasado de una tacada, sin solución de continuidad, de uno a tres o cuatro rascacielos. Demasiadas torres parecen, entre otras cosas, porque ni Palma es -afortunadamente para muchas cosas- Madrid, ni el Mallorca es el Real. Y, para colmo, la Ciudad Deportiva blanca era del club, cosa que no ocurre ni con los terrenos ni con el estadio de Son Moix que, recordémoslo, son municipales. Dicho lo cual hay que subrayar que el Mallorca no es de Marte, vamos, que no puede quedar al margen de lo que es ya moneda de uso corriente en el fútbol español: los aprovechamientos urbanísticos. Por tanto, aprovechamientos urbanísticos, sí, pero medidos milimétricamente y justificados con luz y taquígrafos. Sean dos, tres o cuatro torres, son excesivas..